La otra Caverna: Sobre el homo videns y la democracia - Parte 2
Una bonita idea…
Libertad de expresión, reflexión por -y para- un gobierno de leyes e igualdad. Sí, definitivamente la Democracia es una bonita idea.
Sería ingenuo creer que la aparición –casi evolutiva- del homo videns, y la misma presencia de una cultura destellar, destruirán la Democracia, pero hay que ser conscientes de que, al menos, transformarán lo que hoy implica. Sartori encontró dos de los principales problemas de la video-política, en que tendía a Personalizar y a Emotivizar el actuar político de los agentes . Este es un problema de círculo vicioso, pues la sociedad que vota y se deja dirigir en base a rostros y simpatías, es una sociedad que no ha desarrollado un verdadero sentido crítico. Entonces, cómo pedirle a personas que son bombardeados sólo con contenido Light y efímero que critique dicho contenido.
Un hombre de imágenes, por imágenes se regirá. En relación al desarrollo de instituciones tradicionales (como ocurre con el sistema democrático) eso es perjudicial en las mismísimas entrañas del sistema, puesto que dichas instituciones obedecen a un manejo lógico racional de tipo lineal, una inteligencia literal, si se quiere expresar, no un razonamiento pictórico o hipertextual. Quizás lo que deba cambiar no sea realmente un manejo mediático, sino la forma de hacer política, de aproximarse a la democracia.
Una sistema democrático con libertad real e igualdad no es el nuestro. En estos días, al igual que todo, la democracia se arma de pedazos, de imágenes fragmentadas que no están haciendo más que disfrazarla de utilitarismo cortoplacista. Pero el sistema, como bien señala Wallerstein , se reacomoda buscando un orden que le permita perpetuarse. El sistema se trasforma y seguirá siendo el mismo aunque diferente. La video-realidad de nuestros días no es más que la otra caverna, más nueva, posmoderna, en la que se alberga el hombre, que ahora ha evolucionado y es casi otro hombre, un homo videns.
Pero Giovanni, tampoco es el diablo…
Tal como mencioné, para la lógica de una institución tradicional, el razonamiento del homo videns y su naturaleza pueden ser perjudiciales, sin embargo, considero que posiciones como las de Sartori menosprecian en gran medida la riqueza que puede brindar esta cultura de la imagen. El bombardeo de información desde todo medio, en toda dirección y sin una tradicional linealidad puede estar soterrando todo un nuevo ámbito de conocimiento. Muy aparte de los canales, evidentemente distintos a niveles tecnológicos e instrumentales, las formas de conocimiento en sí están variando de forma interesante. Un ejemplo digno de mencionar es el de los hermanos Wachowski, escritores de la película Matrix. Estos cineastas plantearon en su filme todo el postulado Cartesiano sobre el genio maligno y la introducción a su famosa Duda metódica , en una atrayente obra de dos horas.
Los Wachowski confesaron en alguna entrevista, que jamás en su vida habían leído algo relacionado con la filosofía y que su formación se había hecho en base a películas y series de todo tipo y de todas las latitudes.
Otro caso es el del escritor José Mauro de Vasconcelos, un autodidacta que hacia sus últimos años de vida confesó que consumía mucha televisión y había hallado en ella una nueva forma de entender las cosas, un conocimiento de otro modo inaccesible.
Ejemplos aparte, las imágenes y los discursos audiovisuales, no sólo atentan contra una inteligencia de tipo lineal (erróneamente endiosada); también promueven el desarrollo de una sensibilidad particular, creando accesos a concepciones de mensajes que de otro modo hubieran quedado vetados por un simple determinismo.
No se puede pretender ver como una panacea la libertad del discurso icónico (hoy casi es libertinaje), pero, seamos realistas, tampoco es el diablo.
Libertad de expresión, reflexión por -y para- un gobierno de leyes e igualdad. Sí, definitivamente la Democracia es una bonita idea.
“…Decía que a la democracia representativa le basta, para funcionar, que exista una opinión pública que sea verdaderamente del público. Pero cada vez es menos cierto, dado que la videocracia está fabricando una opinión sólidamente hetero-dirigida que aparentemente refuerza, pero que en sustancia vacía, la democracia como gobierno de opinión. Porque la televisión se exhibe como portavoz de una opinión pública que en realidad es el eco de regreso de la propia voz…”
(SARTORI, Giovanni; “Homo Videns. La sociedad teledirigida”; Editorial Taurus; Madrid; España; 1998. pp. 8)
Sería ingenuo creer que la aparición –casi evolutiva- del homo videns, y la misma presencia de una cultura destellar, destruirán la Democracia, pero hay que ser conscientes de que, al menos, transformarán lo que hoy implica. Sartori encontró dos de los principales problemas de la video-política, en que tendía a Personalizar y a Emotivizar el actuar político de los agentes . Este es un problema de círculo vicioso, pues la sociedad que vota y se deja dirigir en base a rostros y simpatías, es una sociedad que no ha desarrollado un verdadero sentido crítico. Entonces, cómo pedirle a personas que son bombardeados sólo con contenido Light y efímero que critique dicho contenido.
“…Yo lo interpretaría así: el vídeo-dependiente tiene menos sentido crítico que quien es aún un animal simbólico adiestrado en la utilización de los símbolos abstractos. Al perder la capacidad de abstracción perdemos también la capacidad de distinguir entre lo verdadero y lo falso…”
(SARTORI, Giovanni; “Homo Videns. La sociedad teledirigida”; Editorial Taurus; Madrid; España; 1998. pp. 38)
Un hombre de imágenes, por imágenes se regirá. En relación al desarrollo de instituciones tradicionales (como ocurre con el sistema democrático) eso es perjudicial en las mismísimas entrañas del sistema, puesto que dichas instituciones obedecen a un manejo lógico racional de tipo lineal, una inteligencia literal, si se quiere expresar, no un razonamiento pictórico o hipertextual. Quizás lo que deba cambiar no sea realmente un manejo mediático, sino la forma de hacer política, de aproximarse a la democracia.
Una sistema democrático con libertad real e igualdad no es el nuestro. En estos días, al igual que todo, la democracia se arma de pedazos, de imágenes fragmentadas que no están haciendo más que disfrazarla de utilitarismo cortoplacista. Pero el sistema, como bien señala Wallerstein , se reacomoda buscando un orden que le permita perpetuarse. El sistema se trasforma y seguirá siendo el mismo aunque diferente. La video-realidad de nuestros días no es más que la otra caverna, más nueva, posmoderna, en la que se alberga el hombre, que ahora ha evolucionado y es casi otro hombre, un homo videns.
Pero Giovanni, tampoco es el diablo…
Tal como mencioné, para la lógica de una institución tradicional, el razonamiento del homo videns y su naturaleza pueden ser perjudiciales, sin embargo, considero que posiciones como las de Sartori menosprecian en gran medida la riqueza que puede brindar esta cultura de la imagen. El bombardeo de información desde todo medio, en toda dirección y sin una tradicional linealidad puede estar soterrando todo un nuevo ámbito de conocimiento. Muy aparte de los canales, evidentemente distintos a niveles tecnológicos e instrumentales, las formas de conocimiento en sí están variando de forma interesante. Un ejemplo digno de mencionar es el de los hermanos Wachowski, escritores de la película Matrix. Estos cineastas plantearon en su filme todo el postulado Cartesiano sobre el genio maligno y la introducción a su famosa Duda metódica , en una atrayente obra de dos horas.
Los Wachowski confesaron en alguna entrevista, que jamás en su vida habían leído algo relacionado con la filosofía y que su formación se había hecho en base a películas y series de todo tipo y de todas las latitudes.
Otro caso es el del escritor José Mauro de Vasconcelos, un autodidacta que hacia sus últimos años de vida confesó que consumía mucha televisión y había hallado en ella una nueva forma de entender las cosas, un conocimiento de otro modo inaccesible.
Ejemplos aparte, las imágenes y los discursos audiovisuales, no sólo atentan contra una inteligencia de tipo lineal (erróneamente endiosada); también promueven el desarrollo de una sensibilidad particular, creando accesos a concepciones de mensajes que de otro modo hubieran quedado vetados por un simple determinismo.
No se puede pretender ver como una panacea la libertad del discurso icónico (hoy casi es libertinaje), pero, seamos realistas, tampoco es el diablo.
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