Seduciendo a la eternidad: adiós a Baudrillard
"Los nómades no tienen historia,
sólo tienen geografía"
Claire Parnet
sólo tienen geografía"
Claire Parnet
Jean Baudrillard, uno de los pilares del pensamiento postmoderno, falleció el 7 marzo de este año, dejando claro que superó a la realidad.
Nacido en Reims, Francia, este filólogo cuyo pensamiento atravesó por varias etapas (desde una primera cercanía al marxismo hasta su estudio de la hiperrealidad mediática), ocupa un lugar al lado de Foucault, Deleuze, Lyotard y todos los que fueron parte de la corriente post-estructuralista.
Su obra, aunque ensayística, coqueteaba con el estilo de una producción literaria, al proponer ideas donde muchas veces los conceptos se tornan perversos, variando el sentido que tienen tradicionalmente, develando un crisol de nuevas significaciones. Aunque se le incluye como teórico de la Posmodernidad, marca una distancia con planteamientos de inclinación Foucaultiana, sosteniendo que la sociedad posmoderna no es tanto la sociedad de control llevada a extremo (todo basado, afirma, en una “ontología del presente” que no considera cabalmente en rol mediático), sino una sociedad que se vuelve laxa y sitúa su eje en los medios.
Más real que lo real
Baudrillard teorizó la forma en que el universo mediático se ha convertido en una realidad más real que lo real. Los medios, señala, se constituyen en la base del imaginario de las sociedades de hoy, para lo que centró su análisis en la sociedad estadounidense. Así, el modo en que vivimos es un simulacro donde todo suceso termina convertido en lo que se delinee mediáticamente de él. De la mano con esta idea surge el concepto de Videopolítica, que refiere al modo en que el sistema democrático se ha convertido básicamente en un sistema icónico, donde los hechos políticos desaparecen bajo las muestras mediáticas que puedan hacerse de ellos.
A un nivel espistemológico, todo el conocimiento, las formas de pensar –e impensar- el mundo devienen de la pantalla, su hiperrealismo y sus afanes –compartidos por la cultura occidental- por instrumentalizarlo todo.
La seducción
En su libro De la seducción, presenta un análisis del sentido que tiene este término, configurándose como el juego, el espacio gris, de lo incierto y estrategias de persuasión de lo no explícito. Además asocia el sentido que la seducción tiene en torno a la feminidad, en contraparte del sentido netamente masculino del capitalismo. Baudrillard agrega que la sociedad de hoy es Pornoestéreo, dado que el sexo también se ha convertido en un simulacro mediatizado, que halla su base en la alegoría que la pornografía ha hecho de él.
Nacido en Reims, Francia, este filólogo cuyo pensamiento atravesó por varias etapas (desde una primera cercanía al marxismo hasta su estudio de la hiperrealidad mediática), ocupa un lugar al lado de Foucault, Deleuze, Lyotard y todos los que fueron parte de la corriente post-estructuralista.
Su obra, aunque ensayística, coqueteaba con el estilo de una producción literaria, al proponer ideas donde muchas veces los conceptos se tornan perversos, variando el sentido que tienen tradicionalmente, develando un crisol de nuevas significaciones. Aunque se le incluye como teórico de la Posmodernidad, marca una distancia con planteamientos de inclinación Foucaultiana, sosteniendo que la sociedad posmoderna no es tanto la sociedad de control llevada a extremo (todo basado, afirma, en una “ontología del presente” que no considera cabalmente en rol mediático), sino una sociedad que se vuelve laxa y sitúa su eje en los medios.
Más real que lo real
Baudrillard teorizó la forma en que el universo mediático se ha convertido en una realidad más real que lo real. Los medios, señala, se constituyen en la base del imaginario de las sociedades de hoy, para lo que centró su análisis en la sociedad estadounidense. Así, el modo en que vivimos es un simulacro donde todo suceso termina convertido en lo que se delinee mediáticamente de él. De la mano con esta idea surge el concepto de Videopolítica, que refiere al modo en que el sistema democrático se ha convertido básicamente en un sistema icónico, donde los hechos políticos desaparecen bajo las muestras mediáticas que puedan hacerse de ellos.
A un nivel espistemológico, todo el conocimiento, las formas de pensar –e impensar- el mundo devienen de la pantalla, su hiperrealismo y sus afanes –compartidos por la cultura occidental- por instrumentalizarlo todo.
La seducción
En su libro De la seducción, presenta un análisis del sentido que tiene este término, configurándose como el juego, el espacio gris, de lo incierto y estrategias de persuasión de lo no explícito. Además asocia el sentido que la seducción tiene en torno a la feminidad, en contraparte del sentido netamente masculino del capitalismo. Baudrillard agrega que la sociedad de hoy es Pornoestéreo, dado que el sexo también se ha convertido en un simulacro mediatizado, que halla su base en la alegoría que la pornografía ha hecho de él.
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